NOCHES DE TEATRO

“LA VAQUERA DE LA FINOJOSA”

Este verano he tenido ocasión de asistir a dos funciones de teatro popular en la provincia de Córdoba.


El primer fin de semana del mes de Agosto estuvimos en Hinojosa del Duque (Córdoba) y pudimos ver la obra de teatro, “La vaquera de la Finojosa”. Estaba interpretada por los vecinos del pueblo y estuvo muy bien, con una participación de 300 personas y con una puesta en escena preciosa. Participaron un montón de chiquillos de todas las edades, hombres y mujeres jóvenes y mayores, caballería, animales de corral y todos muy bien organizados.


“La vaquera de la Finojosa” que se representa cada cuatro años, en esta V edición se ha convertido en un “musical fusión teatro” con la músicacompuesta por el cantante-autor local, Miguel Cerro e interpretada por la rondalla hinojoseña.


Todo el vestuario al mas puro estilo medieval ha sido creado por el estilista Francis Tamaral tanto el como las personas que confeccionaron estos trajes son de la localidad.


El escenario escogido era la plaza de la catedral, denominada la Catedral de la Sierra, una arquitectura exuberante de un barroco andaluz, que es un marco inigualable para esta obra, adornada con los efectos especiales de Miguel Ángel de la Torre e iluminación de José Ángel Blanco

Una “serranilla” La Vaquera de la Finojosa, ha sido el punto de partida para que dos dramaturgos andaluces, Luis Eguilaz y Francisco Benítez crearan esta obra de teatro que nos adentro en el castellano mas antiguo, llena de versos, rimas y letrillas que evocaban el lenguaje, usos y costumbres de las gente del lugar.


El Marque de Santillana, “Don Iñigo López de Mendoza” cabalgaba por las cercanías de la actual Hinojosa del Duque (Córdoba) buscando posada, para pasar la noche, cuando se encontró con “la moza mas fermosa de Corduba la llana, una vaquera de la Finojosa del Pedroche” que cuidaba su ganado, quedando prendado de su belleza.
Este encuentro hizo surgir el breve, pero mas recordado, poema del Márquez de Santillana.


Trato el Márquez de conquistar a la vaquera, pero ella le rehúso, insinuando una extraña imposibilidad para amarle, que quedaba como enigma.


Algunos entre- actos, hacían referencia a la gastronomía del lugar, así como a la historia de la construcción de la Catedral de la Sierra que servia de magnifico escenario.

 

Faciendo la vía: Yendo de camino.
Fragosa: Escarpada.
Perdí la carrera: Me extravíe.
Do: Donde.
e: Y.
Sin glosa: Sin comentarios.
Donosa: Graciosa.

“EL HALCON Y LA COLUMNA”

A Los pocos días, nos desplazamos hasta Benalcázar (Córdoba) para asistir a otro teatro popular.
En este caso era la obra “El Halcón y la Columna”. Es su segunda edición, también se hace cada cuatro años. Esta dirigida por Alfonso Osorio.
Colaboran más de 140 vecinos del pueblo. Es una iniciativa reciente, que quiere continuar para hacer conocer a España entera, su historia.
Esta escenificada en el Patio de la Huerta del Convento de Santa Clara de la Columna, monumento que data del siglo XV y que fue fundado en 1476 por una de las protagonistas de la obra, doña Elvira de Zúñiga. Los organizadores esperan en un futuro poder llevar la función a los alrededores de su famoso castillo, marco original de la historia.

La representación teatral de la historia de Benalcázar, me gusto pero la vi un poco seria y dramática. Los personajes nos llevaron a un periodo histórico lleno de conflictos, luchas territoriales e intereses políticos.


La obra comienza con la muerte del maestre de la orden de Alcántara, Gutierre de Sotomayor, y posteriormente se adentra en la unión entre Alfonso de Sotomayor y Elvira de Zúñiga. La tercera parte aborda las relaciones de doña Elvira y su primogénito, primer Conde de Benalcázar, que pasó a la historia como Fray Juan de la Puebla.

            (Aqui estamos mi marido y yo entre el público)

El titulo a la obra, le viene de que el halconero del Sr. de Sotomayor dejó escapa el halcón favorito de su señor, este en castigo lo hizo azotar atado a una columna, su esposa doña Elvira presencio el castigo y al no poderlo evitar llorar de pena. Este gesto no lo olvido el halconero, por que nunca nadie había llorado por él, y supo agradecérselo con los años. El sitio donde estaba la columna donde azotaron al halconero fue donde Doña Elvira nombro a su hijo Conde de Benalcázar.

Durante el descanso, se podían degustar y adquirir los exquisitos dulces que fabrican las monjitas residentes en el convento de Santa Clara, sus repelaos, tortitas de almendra, las flores de almendra y las eses, así llamadas por su forma, merengues y rosquillas de huevo.
Ambas obras nos hicieron pasar unas veladas estupendas, la primera por su ambiente musical y alegre y la segunda por darnos a conocer la historia que desconocíamos del pueblo de Benalcázar que dicho sea de paso, es el lugar de nacimiento de mi marido, donde aun vive parte de su familia.




Imagenes  de Internet
Información tomada de los folletos que entregaban a la entrada y del diario Córdoba y A.B.C.