SAN VALENTIN

A la caída de la tarde, recostada en su sillón,  delante de un café, recordó que alguien en la mañana, le comento la llegada del día de los enamorados y en su mente fueron apareciendo imágenes, que como flases se sucedían, de tantos momentos vividos al lado de la persona que hacia mas de 35 años, Dios y el destino le puso en su camino.
Había estado siempre enamorada de su marido, cuando eran jóvenes y lo miraba, pensaba que era el hombre más guapo del mundo, y se quedaba extasiada mirando sus ojos azules.
Siempre le había querido con locura y le seguía queriendo, pero con mas cordura que en aquellos primeros años.
Hacia tiempo que habían dejado de sentir esas mariposas en el estomago, que cuando eres joven te revolucionan los sentidos. Pero no por eso no sentían emociones cuando estaban juntos. El amor se hacia mas reposado y ganaba fuerza y forma.
No es que estuviera deseando verlo llegar a casa, es que necesitaba que llegase, para sentir su abrazo y cuando no lo hacia a la hora acostumbrada, se preocupaba pensando mil cosas que temía pudiera pasarle. Muchas veces pensaba que seria de ella sin el y no quería retener ese pensamiento, le daba miedo pensar que no estuviera a su lado, en tantos momentos como le necesitaba. Había estado a su lado en  los dias de  felicidad y tristeza, juntos habían reído y llorado, juntos iban saliendo adelante de todos los momentos malos que les toco vivir, apoyándose mutuamente y demostrando que su amor era firme como un gran árbol que tiene raíces profundas.
Sabia que ese día recibiría un ramo de rosas, como siempre acostumbraba a enviarle, pero también sabia que en esas flores iba, su amor convertido en cariño, que es lo mas importante, ese cariño que los mantenía unidos tantos años, y en su corazón le daba las gracias por tanto como le había dado.
Lo quería con toda su alma…..termino su café y durmió un rato.