PARA MI MADRE

                                  (Mi madre con sus flores)

Hoy día uno de Mayo y primer domingo del mes, tenemos dos celebraciones, el día del Trabajo y día de las Madres.

Ambas celebraciones van unidas, porque no hay seres más trabajadores que las madres, que además de ocuparse de la casa y sus hijos, la mayoría tienen una profesión a la que dedican buena parte de las horas del día.

Y como esta celebración es una fiesta de los tiempos modernos, antes no recuerdo que se celebrara, con este post, quiero hacer un pequeño regalo a mi madre, que aunque nos dejo hace muchos años, no pasa un día que no este en mi recuerdo.

De ella guardo en la memoria,  su entera dedicación a sus cinco hijos, su marido y el negocio familiar que sustentaba la casa y que junto a mi padre sacaban adelante. No tenia días de fiesta, ni domingos ni festivos, sus días eran pura rutina, no recuerdo que nos sacara a pasear, ni saliera  con mi padre,  ni a visitar a las amigas.

La única salida que hacíamos con ella de pequeños era en la feria de Mayo nos llevaba a montar en los cochecitos y comer en alguna caseta,  con las tortillas y filetes que llevaba preparados, no estaban los tiempos para muchos gastos, pero nos sabían a gloria y era un gran día para todos, lo mejor la vuelta a casa, que  la hacíamos en coche de caballos.

Cuando mi madre se compraba un vestido nuevo, como la pobre salía tan poco, siempre decía que lo estrenaría para ir al medico, o alguna misa de difuntos, a mi me daba mucha rabia, pero era la pura verdad.

Se que mi padre quería mucho a mi madre, pero a su manera, no se lo expresaba ni demostraba, siempre la trato bien, pero con poco cariño, no era una persona afectuosa ni para ella ni para nosotros, bueno, pero autoritario y demasiado recto.

Por eso mi madre volcaba todo su cariño en sus hijos, ella si era cariñosa y tierna, trabajaba desde la mañana a la noche, aun cuando su salud se fue debilitando.

Me quedan muchos recuerdos de ella que llevo en mi corazón, tengo que reconocer que era un poco su “ojito derecho”.  Tome de ella su nombre y su cariño por las flores, a las que dedicaba el tiempo que podía en el trocito de patio de mi casa.  Pero por lo que siempre le admire fue la virtud con la que todos la identificaban, era muy generosa, se preocupaba por quien pasaba necesidad, era capaz, de dar hasta lo que a ella le hacia falta, socorría a todo el que podía, amiga, vecina, incluso  desconocida, era incapaz de negar su ayuda a quien se la pedía.

Nos dio todo su cariño y amor y con mucho esfuerzo todo lo que materialmente pudo.

Por todo esto, la quiero felicitar allí donde este, en el cielo, junto a los que ya marcharon y la acompañan, se que no esta sola, que tiene alguien muy especial a su lado que la cuida y que de alguna manera será feliz. Te quiero mamá felicidades.