"LUNES SANTO"

Este lunes santo ha sido muy especial para mi, no lo había previsto ni pensado, pero después de cenar, mi marido me dijo que le gustaría que fuésemos a ver recogerse la Hermandad de Nuestro Señor de los Reyes (La Vera Cruz) y María Santísima del Dulce Nombre. que había salido esa tarde, de la iglesia de nuestro barrio San José y Espíritu Santo, y la verdad es que me daba un poco de pereza arreglarme y salir a la calle a esas horas, estaba cansada, pero al final me puse unos vaqueros y una chaqueta, porque la noche estaba fresquita y nos fuimos los dos dirección al puente romano donde debería estar llegando la Cruz de Guía.

Fuimos a su encuentro y vimos que estaba llegando al Arco del Triunfo a la entrada del Puente Romano, teniendo como fondo la Mezquita, es la primera vez que pasa por este Arco, que ha sido abierto su paso peatonal hace pocos días, después de su restauración. Ya de lejos se veía precioso, conforme nos acercábamos quedamos prendados de la belleza de la imagen en tan hermoso marco.

Al pasar la imagen del Cristo delante nuestra, me sentí especialmente emocionada por el pensamiento que vino a mi mente, es un Nazareno con su Cruz a cuesta, pero es muy especial, no lleva la Cruz en su espalda al hombro arrastrándola, esta imagen lleva su cruz delante, abrazándola, aceptando lo que ella significa, sabiendo que el sacrificio que iba a hacer seria doloroso y trágico, pero lo admitía en todo momento.



Esto me hizo comparar las cruces que todos, de alguna forma arrastramos en nuestras vidas, lo normal es que tiremos de ella y sobrellevemos su peso al compás de los años.


Pero algunas personas, soportan cruces especiales como la de este Cristo de la Vera Cruz, que no se arrastran, que se llevan delante y no queda más remedio que abrazarla para poder soportar su brutal peso y que solo gracias a la fuerza y el ejemplo que El nos dio, se van aceptando a través de los años hasta el final de nuestros días.

Muy cerquita del paso del Cristo, venia bajo el Palio la Virgen del Dulce Nombre de María que completa la procesión, y era una hermosura verla parada debajo justo de la Puerta del Puente con toda su candeleria encendida y meciéndose al compás de la banda de música.



Al llegar a la mitad del Puente Romano, donde se encuentra la estatua del arcángel San Rafael, custodio de nuestra ciudad, el capataz indico a los costaleros que harían una parada delante de la imagen, para rezar un padre nuestro y una salve en señal de agradecimiento por el feliz retorno al barrio si incidencias.

En cuanto llegaron a la altura del Custodio, el capataz se volco en  halagos y frases de animo a los hermanos costaleros, como “vamos valientes” “todos por la señora” “desde el cielo nos ve” “despacito y con dulzura” “ole la gente buena” etc. etc. y los costaleros al unísono, vitoreando a la Virgen en cada frases del capataz en medio de un profundo y respetuoso silencio.



Hay que ser de piedra para no estremecerse y sentir, lo que todos, los que estábamos allí sentimos en la piel, una sensación que te nace desde el fondo del corazón y nos hace seres vivo, con capacidad para sentir, al mismo tiempo que los ojos se humedecían, y nos uníamos a los rezos de los costaleros y su capataz.


Esta son las cosas que hacen especiales las procesiones de nuestra tierra, de nuestra Andalucía que aunque sea una vez al año el Señor entra, al pasear por las calles, en las casas y en los corazones de la gente. Los pasos de las cofradías sirven de catequesis y nos recuerdan el sacrificio que hizo por la nuestra salvacion..


Acompañamos la procesión hasta la entrada en su templo, y me alegre de haber salido a verla, llevaba años que no lo hacia, y mereció la pena trasnochar un poco para poder disfrutar de estos momentos tan especiales, que quedan en el recuerdo y que quiero compartir con vosotros.

Lamento no poder ofreceros imágenes de aquel momento, llevaba la cámara, pero no han salido bien las fotografías, había mucha oscuridad y soy una pésima fotógrafa. Estas son tomadas del archivo de la Hermandad.