viernes, 21 de mayo de 2010

"PEDRO Y AMELIA"



Entre por la puerta y el mundo se me vino encima.

Era la primera vez que visitaba una residencia de ansíanos y me impresiono.
Allí en un salón grande había treinta o cuarenta personas, cada una acurrucada en un sillón, o sillita de ruedas, con la mirada perdida, casi inmóvil, dejando pasar las horas y los días. Había una gran pantalla de televisión, pero observe que casi nadie la miraba.


Al fondo del salón, al lado de la ventana, Encontramos (mi amiga Luisa y yo) al matrimonio que íbamos a visitar.
El estaba sentado en un banco, al lado de su mujer que descansaba en una silla de ruedas, tenía las manos cruzadas y los ojos cerrados.


Al vernos, comenzaron a llorar los dos. Por mas que les consolábamos no dejaban de llorar, decían que era de alegría, de ver que nos habíamos acordado de ellos, cogió mis manos y empezó a besarlas con una ternura y un cariño que hizo que las lagrimas también asomaran a mis ojos.
El se llama Pedro, ella Amelia tienen mas de noventa años cada uno, son un matrimonio que han vivido en el mismo edificio que yo, nos conocemos hace muchísimos años, personas cariñosas, educadas y que nunca han tenido un mal momento con nadie.

Cuantos tapavasos de croché, nos ha regalado Amelia a todas las vecinas, y no había un niño que naciera en el edificio o que hiciera su primera comunión que no tuviese un detalle de ellos. Todos los vecinos guardamos muy buenos recuerdos de este matrimonio.
Desde que Pedro se jubilo vinieron a vivir a Córdoba, había sido toda su vida ferroviario en un pueblo cercano a nuestra capital, y desde el primer día se preocuparon de cuidar el pequeño jardín que hay en la entrada, allí pasaban las horas regando, cavando y podando los rosales, jazmines y palmeras, nadie los cuido nunca tan bien como ellos.


Han estado siempre atendidos por sus hijas, no faltaban a diario a cuidar a sus padres, y han vivido muchos años felices en su pisito, pero los años pasan y ya no podían estar solos, necesitaban a alguien que les cuidaran las veinticuatro horas del día, y surgieron los problemas, marcharon con una hija, luego con otra, y al final, por circunstancias que ni voy a comentar ni a juzgar, por que no es mi intención, están en esta residencia donde el pasado domingo fuimos a visitarlos.


Comentan que están bien atendidos que comen bien y el personal es muy agradable, subimos a su dormitorio, una habitación amplia con dos camitas, un armario grande y su mesita con la televisión, al fondo una ventana enorme donde a lo lejos se ve la sierra, el cuarto de baños adaptado a sus necesidades lo vimos espacioso y muy limpio.


No se quejaban, solo decían una y otra vez que echaban mucho de menos su casa, lo dijeron con tanta pena, que fue lo que me hizo pensar las veces que hablando con las amiga, en reuniones o en la peluquería, ha salido la frase “yo no quiero molestar a mis hijos” yo cuando llegue el momento me voy a una residencia, con que naturalidad se dice, sin pensarlo, pero hoy que he visto este sitio, no lo tengo tan claro.

No quisiera verme en esa situación, lo primero para que llegar a noventa años, si no se vive de verdad, si solo se vive para alimentar el cuerpo y descansar, mejor descansar para siempre.


Lo segundo no quisiera salir nunca de mi casa, si necesito ayuda que me la den aquí, y si no puede ser, mejor dejar este mundo, no merece la pena vivir rodeada de personas extrañas sin tus cosas que te han acompañado siempre, sin tu sillón, tu cama, tus recuerdos que de cuando en cuando sacas para no olvidar.


Cuando nos despedimos de ellos, quedaron llorando agradecidos, les prometimos volver pronto acompañadas de otras vecinas que tienen ganas de verlos e insistían en preguntarnos, ¿de verdad vais a venir, de verdad se acuerdan de nosotros?,
Claro que si Amelia, todos nos acordamos mucho de vosotros y volveremos, la bese mientras le hablaba.


Al salir tuve que tomar una bocanada de aire por que me asfixiaba, volvimos andando para despejarnos pues tanto mi amiga como yo salimos de allí triste y pensando que pese a nuestros deseos, no sabemos si será inevitable vernos algún día en una de estas residencia.

29 comentarios:

  1. Hola Luisa. lo que cuentas es triste pero lo que en realidad es más triste aún que no terminamos de asumir nuestra realidad , Que nos hacemos viejos. hay otra solución que alguién te cuide en nuestra casa y muchos no quieren esta ayuda tampoco.Hay ancianos y ancianos !!! Ir a casa de un hijo y otro cada mes con una maletita es un drama. No podemos pretender que nuestros hijis esten todo el día pendientes de nosotros cuando trabajan ambos y dejar de vivir su vida que bastante tienen encima.
    A mi me daría pena que no viniesen a verme. Conozco personas en la residencias que sus hijos van todos los dias a verles. Tengo dos amigas que trabajan en residencias y cuentan de todo. La verdad es que están muy bien. No se puede generalizar. Depende mucho de tu cabeza. Mi madre tiene 89 años y vive sola :)Pendientes de ella todo el dia pero no quiere más que eso estar sola sin nadie.
    Pero no te preocupes que cuando nos toque a nosotros ya estará en vigor la eutanasia :)
    Besos

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  2. Querida Luisa, simplemente te digo que me has hecho emocionar amiga.
    La libertad, poder decidir por nosotros, es algo de mucho valor.
    Un fuerte abrazo!

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  3. Para ser feliz, quizás no haga falta la eternidad.., sólomante ser feliz...

    Saludos y un abrazo.

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  4. pufff...que reflexion....mis abuelos no fueron ninguno a residencia,cuidamos de ellos en casa,pero cuesta mucho esa adaptacion,la verdad...

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  5. Querida Luisa.
    Estoy de cuerdo con Katy.
    Mis hijos no me deben nada.
    Los tuve por volutad propia, y todo lo que hizo no fué esperando reciprocidad.
    Lo sentía que tenía que hacer...
    Era por mi.
    La sociedad ha cambiado...
    Las chicas jovenes, educadas, con carrera, con trabajo, mandan sus hijos a la guardería... ¿voy a pretender que se queden a cuidarme, a
    mi?
    Que absurdo...
    Yo soy la primera que les aconsejo que no se dejen su trabajo que no dependan económicamente ni de mis hijos ni de nadie.... Que sean libres.

    Bueno, la sociedad vá cambiando. No me cuestiono si a mejor o a peor...(sería imparcial....)
    Pero eso es lo que hay y hay que acomodarse sin recordar el pasado...eso ya pasó.

    Yo pretendo estar en cas, mientras pueda, luego, lo te4ngo claro, no quiro ir a casa de mis hijos.... No quiero ser un estorbo....

    Creo, que vivimos demasiaddos años..
    Me explico:
    Sé que lees mis posts...
    No quiero vivir los años que está viviendo mi madre.....
    Quizás ya podamos elegir la eutanasia activa...sin incurrir en delito-
    Creo, firmemente, que soy dueña de elegir cuánto y cómo quiero vivir....
    Y no es ninguna tragedia... es una liberación.
    Yo, al menos así lo pienso.
    Un besito

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  6. Querida Luisa, gracias por la descripción de tu relato, ojalá lo lea mucha gente.,
    Tengo a mi padre en una Residencia y mi hermana y yo vamos a verlo cada dia. Fué allí por voluntad propia, ya que se dió cuenta que no podia vivir solo y que tampoco queria estar con sus hijas por no molestar y porque, con nuestro trabajo seguiria estanto solo.
    En esta Residencia está perfectamente atendido y con muchas actividades, tantas que nos dice que no tiene tiempo de nada, solo de comer y volover al trabajo...
    Sale cada dia a pasear y a menudo lo regresamos a su casa donde compartimos mas momentos con él.
    Tenemos la suerte de ir a verlo cada dia, pero tambien es verdad que nos encontramos con otras personas que han "aparcado" allí y que NADIE, va a verlas.
    Durante nuestra visita diaria, esas persons se nos acercan para cogernos las manos, darnos un beso y recibirlo al mismo tiempo, sentir nuestro calor y agradecer nuestras caricias. Necesitan tocarnos y sentir que hay alguien que los aprecia y les saluda.
    Creo sinceramente que el problema no es si ir o no a una residenciam, sinó que allí sientan queridos por su familia y amigos y que el final de sus dias, los tengan con el maximo cariño posible, pero no todo el mundo piensa igual y es una autentica lástima, porque deberiamos verenar a nuestros mayores. Sus esfuerzos y sus carecias de antaño, ahora son nuestra sabiduria y nuestra abundancia.
    Un beso querida amiga, ya ves que entiendo muy bien como te sentiste cuando saliste al exterior.

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  7. ¡Hola Luisa!

    De nuevo me disculpo por mis "ausencias", pero sé que me entiendes y te agradezco de corazón tus visitas y atenciones dejadas en mi espacio.

    Hoy has tocado un tema que me llega hondo, amiga.

    Es prioritario establecer las bases que permitan a nuestros mayores mantener su libre albedrío a la hora de elegir el lugar donde pasar la última etapa de sus vidas. Es dificil, lo sé. Pero no imposible.

    A pesar de que los lugares de acogida para personas dependientes, reunen cada vez mejores instalaciones e infraestructuras, hay algo fundamental que es complicado encontrar en estos centros: "calor humano". Y esto, creo que no depende de una fuerte inversión en mega-centros geriatricos. Depende en gran medida, de una intensa concienciación social de la valorización de nuestros mayores.

    Gracias por compartir esta entrañable experiencia, que estoy segura que repetirás.

    Me llevo el truquito de la cascara de naranja para preparar los caracoles chicos, que no lo conocía. Y me llevo el buen sabor de tu espacio.

    Recibe mi abrazo grande.

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  8. Hola guapa!!
    No he podido remediarlo se me han saltado las lagrimas leyéndote.

    Yo recuerdo a mi abuela que la pobre mujer tenia que pasar de mano en mano (pues tenia 5 hijas) y cada una en diferentes provincias de España, menos mal que no vivía ninguna en el extranjero.

    Yo soy de las que prefiero no molestar a ningún hijo con los trajines que un anciano requiere.
    Este matrimonio del cual hablas tiene la suerte de estar juntos y es más llevadero supongo.

    De todas formas uno reflexiona y piensa que después de dedicar toda la vida a los hijos cuando ellos son los que "deben" cuidarnos no todos quieren o pueden hacerlo.

    Lo mejor es tener salud y ganas de vivir.
    Un beso

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  9. Luisa,sin conocer a tus vecinos,de la manera que no lo as relatado,parece como si yo también hubiera ido a visitarlos,he quedado muy impresionado,porque es una realidad palpante.

    Un abrazo amiga
    Antuán

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  10. Qué difícil es a veces esta vida. Me he emocionado con lo que cuentas, lo has hecho con una delicadeza y un cariño admirable. Un beso grande

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  11. Menudo post Luisa. Se me han humedecido los ojos y aún tengo un nudo en la garganta.
    Acabas de describir una realidad que a todos o casi todos nos tocará vivir. ¡Qué triste!

    Besos Luisa.

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  12. Hola Luisa. Acabo de descubrir tu blog y después de leer tu perfil creo que tenemos cosas en común, sobretodo la emoción y los buenos sentimientos.
    Yo como trabajadora de geriatría durante 20 años te podría explicar tantas anécdotas como esta... Muchas veces me he tenido que contener o tragarme las lágrimas ante situaciones tan injustas, pero el mundo cambia y aunque no queremos dejar nuestra casa tampoco queremos ser para nuestros hijos una carga, y como tu me encuentro en la misma tesitura pensando que algún día me veré como los que con tanta dedicacion por vocación cuide, pero también me hago la pregunta si educamos a nuestros hijos para el futuro que les espera, ¿por que no incluirnos en ese futuro? De todas formas también en las residencias se pasan buenos ratos. Un saludo celia

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  13. Querida Luisa, has tocado un tema que me toca muy de cerca, y me he emocionado mucho.

    Te dejo un fuerte abrazo amiga.

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  14. Katy, por supuesto que yo pienso como tu, en ningún momento quisiera ser una carga para mi hijo o mi nuera, ellos tienen su trabajo y sus obligaciones. Lo que si, es que sentí mucha tristeza en aquel lugar.
    Lo principal es que los años que tenga que vivir, sean con calidad de vida, y pudiéndome valer, que no dependa de otras personas para todo, eso es básico.
    Me parece estupendo que tu madre con esa edad, viva sola y este a gusto así, sola, es señal de que puede valerse, aunque estéis pendientes de ella.
    De todas formas mejor no darle mas vueltas a la cabeza, cuando llegue el momento las circunstancias son las que mandaran, y habrá que aceptar la solución mas favorable para todos, no hay otra...
    Un fuerte abrazo amiga.

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  15. Tihada eso es lo principal tener libertad para hacer lo que quieras, lo malo es cuando no se puede. Cuando hay que aceptar que decidan por ti, eso es lo que da pena. Un montón de besos.

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  16. Cierto Hiparión, menos años de vida, pero con salud y felicidad. Un abrazo paisano

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  17. Hola Espe, mis padres tampoco fueron a una residencia, estuvieron los dos en su casa y en su cama hasta el ultimo suspiro, pero los tiempos cambian, y hay que pensar de otra manera, lo que ocurre es que cuesta, pero no hay mas remedio que aguantarse con lo que nos venga.
    A ti te queda muchos años, para pensar en estas cosas, y a lo mejor para entonce ni se envejece, con una pastillita te mantienes siempre joven jejeje. Es para quitar un poco de drama al tema.
    Un abrazo guapa.

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  18. Gracias María Rosa, por tu comentario.
    Que tu padre haya elegido el ir a una residencia es señal de que ha sido libre para ello, y encontrándose bien físicamente, pudiendo salir y entrar y tener actividad, lo veo fabuloso, incluso el estará mas distraído y acompañado que en casa, donde como dices tendría que estar solo por vuestro trabajo.
    Pero lo que yo vi, era personas sin vida, que aquí la pones y ahí se queda, que apenas pueden moverse y que tienen la mirada triste, eso es lo que me lleno el corazón de pena y me hizo reflexionar.
    Seguro que tu padre se siente feliz y eso es lo importante. Un abrazo .

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  19. Luna te entiendo perfectamente y vuelvo a repetir que estoy de acuerdo con todos vosotros, YO no quiero ser una carga para mi hijo y nuera, y NO lo seré. Y nunca he pensado que me deban nada, ni mucho menos, yo los tuve por que quise y disfrute muchísimo criándolos, y me dieron mil veces más de lo que yo haya podido darles.
    Mi pensamiento actual (luego son las circunstancias las que manda) es que me gustaría estar en mi casa hasta que pueda, y cuando necesite ayuda que me la den en casa, pero no tiene que ser de ellos directamente, hay personal que también atienden en casa, y ese es mi pensamiento ahora, que nunca se sabe si mañana cambia todo y hay que acatar lo que venga.
    Conozco la situación de tu madre, si el deterioro con los años además de físico es mental el doblemente triste. En ese caso es de sentido común que hay que estar en un lugar donde se este atendido continuamente, y ese sentido común lo ponen los hijos.
    Espero que este post no te haya hecho sentir mal, hay casos como el vuestro que la mejor solución es la que habéis tomado, y ella esta en su mundo y aunque estuvieses en casa no estaría mejor.
    También veo como tu la necesidad de tener la libertad de elegir el momento de dejar esta vida, aunque suene duro.
    Un fuerte abrazo amiga.

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  20. Caracola que alegría me das cuando pasas por aquí, se que estas muy ocupada y no puedes hacerlo con frecuencia, pero lo entiendo y por eso valoro mas cuando veo algún comentario tuyo.
    Es un dilema cuando llega el memento de tener que depender de los demás, es un momento difícil, pero que cada familia tiene que afrontar mas tarde o temprano.
    Lo ideal seria poder decidir cada uno lo que quiere y respetarlo, si se puede claro.
    Por muy lindo y moderno que sea un centro de este tipo, nunca se puede comparar con tu ambiente, con los tuyos, ese calor humano que tu mencionas es muy difícil de encontrar, aunque hay personas que tienen verdadera vocación por su trabajo y ponen cariño en sus cuidados pero desgraciadamente son los menos.
    Bueno...dejemos que pase el tiempo, luego ya veremos, disfrutemos de lo que tenemos ahora que es mucho, y Dios dirá.
    Un grandísimo abrazo caracolilla.

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  21. Sonrisa… Bien dicho lo principal es salud, mientras podamos valernos, tenemos libertad de salir entrar, comprar guisar, eso es una maravilla. Lo peor es cuando los años ya no nos dejan hacer todas esas cosas y dependemos de los demás, entones es cuando viene el problema.
    Los hijos, tienen sus trabajos, la familia, y aunque formemos parte de esa familia, es muy complicado atender a una persona mayor en casa.
    Mi pensamiento esta puesto (no se si luego será así o no) en que en casa se puede recibir también asistencia y cuidados, hay personas que tienen este tipo de trabajos y creo (no se si estaré equivocada) que es mejor que cualquier residencia.
    En fin me parece que con este post me he puesto muy trágica.
    Supongo que hay de todo, yo vi triste a este matrimonio amigo, (son muy mayores), pero habrá quien este bien y sea incluso un poquito feliz allí
    Un abrazo amiga, y no pensemos mas en esto, nosotras aun somos unas chiquillas jejeje. (quitemos un poco de hierro al asunto)

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  22. Antuan esta es la cruda realidad.
    Pero no siempre es así, tengamos esperanzas de que los años que vivamos sean con salud, es la forma de no tener, ni ocasionar problemas a los demás.
    Un abrazo amigo cocinero.

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  23. Alma Gitana, este matrimonio es muy querido para mi, tuvieron muchos detalles para mi y para los míos y eso es de agradecer.
    Precisamente por ese cariño, sentí tanta pena por ellos, los vi tan indefensos, tan frágiles, y apagados que me entristeció enormemente verlos así.
    Su familia se ocupa de ellos, pero se sienten solos y tienen mucha añoranza de su casa.
    Que vamos hacer la vida es muy dura hasta el final.
    Un abrazo Alma.

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  24. ! Ay ¡Elena, este es el final de todos, mas que nos pese, eso es lo que hay.
    Se que será así, a pesar de lo que ahora pienso y deseo. Cuando llegue el momento nos conformaremos con lo que el destino me tenga guardado, como hasta ahora he hecho.
    Si tengo la suerte de poder elegir, tengo muy claro lo que quiero, y si no puedo me aguantare.
    Un besote grande y tu no pienses en eso todavía eres muy joven.

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  25. Celi, bienvenida a mi casa, un placer para mi tenerte aquí.
    Tienes un trabajo muy especial, cuidar y dar cariño a nuestros mayores, solo puede hacerlo personas con unos buenos sentimientos y mucha vocación, te felicito por ello.
    Como dices has vivido muchas historias como la de este matrimonio amigo, que a veces te han hecho reprimir unas lagrimas, no me extraña, las personas mayores están siempre recordando su vida, y contándosela a quien tienen mas cerca y tu seguro has escuchado relatos de todo tipo.
    Lo que tu te preguntas, supongo que todos nos lo preguntamos, por que no nos incluimos en el futuro de nuestros hijos…. Pues por que la vida ha cambiado antes los mayores eran fuente de sabiduría y experiencia, ahora es al revés los hijos e incluso los nietos saben más que los abuelos y no se les valoran lo que se merecen. Esto junto al ritmo de vida, el trabajo etc.etc. hace que quedemos fuera de su futuro, y sean cada dia mas necesarias buenas residencias geriátricas.
    Gracias por comentar y pasare por tu blog en cuanto pueda a saludarte.
    Un abrazo.

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  26. Soy de las que piensa que a nustros padres les debemos todo.
    Ellos nos han sacado adelate con su esfuerzo y amor.Nunca un reproche e intenando hacernos lo más felices posible.
    Para mí la dedicación a nuestos mayores es una recompensa por todo lo que han hecho por nosotros.
    Me ha emocionado tu historia.

    Un beso muy fuerte.

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  27. Excelente entrada. Emotiva, tierna y muy interesante. Felicitaciones. Saludos

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  28. Al leerte no he podido evitar acordarme de algo que en su momento leí...
    Ella estaba ingresada en una residencia con todos sus recuerdos perddidos en alguna trastienda de su cerebro...muy deteriorada ya no reconocxia ni la voz de su amado, ni su rostro ni sus caricias... pero allí sacudia el, a su vera sin faltar un día...lloviera o tronaba allí estaba en su cita de cada mañana...
    Pero buen hombre..no es necesario que venga cada día...mire el tiwempo que hace ...va a coger usted una pulmonia... y ella por desgracia ya no recuerda nada, no recuerda quien es usted...
    -Ella no sabrá ya quien soy... pero yo sí sé quien es ella.

    Besos amiga...que me has emocionado....

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  29. Precioso, tierno y emotivo relato Luisa, pero la vida da tantas vueltas que no se sabe como acabaremos cada uno de nosotros..... aunque llegar a los 90 años hábíendolos vivido bien y con intensidad y con el amor de tu compañero de vida, ya debe ser un triunfo. Gracias por tu relato y muchos besitos y cuidate y descansa,

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