Bodegas Pago del Vicario
Os voy a revelar un pequeño secreto, que no es tal, para los que me conocen bien, y es que a la hora de la comida o aperitivo, me gusta una copa de buen vino tinto. A excepción de cuando hace calor y apetece beber fresquito, que tomo cerveza sin alcohol, para la mesa prefiero una copita de un crianza o similar, los reservas son demasiado fuertes y como no soy una buena catadora, prefiero un vino suave y ligero.
Sabedor de este gusto mío, alguien que nos quiere mucho y nosotros también a él, nos regalo una estancia enológica en un hotel rural a pocos kilómetros de Ciudad Real.
Con los Montes de Toledo al fondo y el río Guadiana a sus pies, el Hotel y Bodega Pago del Vicario, fundada en el año 2000 por los hermanos Barco Fernández, se alza en el interior de sus propios viñedos de forma sutil, respetuosa con su entorno, casi silenciosamente, para no agredir este bello paisaje de llanura y suave ondulaciones. Su morfología, un catalejo de siete cuerpos, (los siete procesos que conlleva la elaboración del vino) sintetiza y simboliza el espíritu de la bodega; la fusión entre tradición y modernidad.
Puerta de entrada de la cosecha a la bodega
El nombre de PAGO DEL VICARIO, es fruto de la unión de dos hechos. Por un lado la finca se encuentra enclavada junto al embalse del Vicario y, por otro lado, un antepasado de la familia, gran amante del vino y la viticultura, fue vicario de la diócesis de Ciudad Real. Este hombre defendió, en tiempos difíciles, el moderno concepto de pago filosofía que se defiende hoy con la misma pasión.
Para que un vino sea de Pago, como en este caso, tiene que ser un vino que todo su proceso se haga en el mismo viñedo, hecho con las uvas cultivadas en la misma bodega, que no han sido mezcladas con ningunas otras y curado y embotellado dentro del mismo recinto, esto es lo que caracteriza a un vino de Pago.
Hotel Pago del Vicario
Tanto el pequeño hotel, como el restaurante tienen una decoración vanguardista minimalista, la habitación con un gran ventanal que da al campo transmite paz y relajación.
Al lado del hotel están los viñedos 130 hectáreas de campos de vid. Llegamos en plena recogida de la uva, pero la zona que da al recinto ya había sido recolectada y solo quedaba las huellas del trabajo que supone el transporte de la cosecha a las bodegas.
En la visita guiada a las bodegas nos explicaron los pasos que sigue las uvas desde su recogida hasta convertirse en una botella de exquisito vino.
Nos dijeron, que la recogida la hace de madrugada, empiezan a las cinco y terminan al final de la mañana, esto es por dos motivos, con una temperatura fresca la uva es más resistente y se estropea menos en su recolección y los operarios tienen un trabajo mas cómodo al no soportar altas temperas.
Al fondo los viñedos y la estación meteorológica
Los viñedos integran en su cultivo y cuidado una tecnología punta aplicada a la agricultura. Riego subterráneo, directo a las raíces de las cepas, controlado por una estación informatizada, con seguimiento de las viñas por fotos infrarrojas para detectar entre otras cosas su nivel de foliación. Dendrometro para vigilar la vitalidad de la planta y su crecimiento, ya que en la calidad y salud de las vides se encuentra un alto porcentaje del éxito de los vinos.
Hacen la recogida con maquinas vendimiadoras y una pequeña cuadrilla de operarios. La maquina cimbrea la cepa y al estar las uvas maduras, caen sin ser dañadas al mismo tiempo que la va depositando en un tanque, que cuando esta lleno se transporta a la bodega. La vendimia mecanizada no tiene ninguna incidencia en la calidad del vino si el transporte se hace bien.
Están divididos en 25 pequeñas parcelas, que reciben una atención y un tratamiento individualizado en función de sus características y de la variedad de uva cultivada. Las variedades que tienen sembradas estas parcelas son: Tempranillo, Garnacha, Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot para los tintos y Sauvignon Blanc y Chardonnay para los blancos.
Cada parcela se recoge por separado, no se mezclan, y tampoco se mezclan en los depósitos, se fermentan y maduran también por separado.
Al llegar a la bodega, manualmente se quitan las hojas e impurezas que pudieran llevar y las que estén en mal estado.
Depositos para el vino
El siguiente paso es prensar la uva y llevarla a unos depósitos de acero inoxidable de gran capacidad. Donde pasan por varias fases, fermentación a diferentes temperaturas, maceración, clarificación, filtración etc.
Nos dijeron que en el primer prensado, la pulpa flota y el mosto queda abajo del deposito, pero pasado unos días, se invierte y la piel de la uva queda abajo, momento en el que cambian de deposito el liquido y dejan el hollejo para más tarde dar el color tinto al vino, ya que la uva por dentro es blanca y el color rojizo se lo da la piel.
Salon Bodega para celebraciones
Tras finalizar las fermentaciones, el vino se almacena en “La sala de barricas” situada en el sótano con una temperatura y humedad constante en un ambiente sombrío. Esta lleno de barricas de roble francés, que aportan sabores y olores al vino, dependiendo del tipo de madera y el nivel de tostado que se le haya dado. Aunque en menor cantidad también tienen barricas de roble americano y del Cáucaso. En ellas se sucederán una serie de procesos fisicoquímicos que irán envejeciendo el vino, estabilizando su color y enriqueciendo sus aromas.
Cada tres años hay que renovarlas, son bastante caras sobretodo las de roble francés, por lo que son vendidas a otras bodegas de menor calidad, para curar otros vinos e incluso después son las idóneas para curar el whisky y brandy.
Además del tiempo que pasan en barricas que puede ser desde meses a varios años, depende del envejecimiento que se le quiera dar al vino, (crianza, reserva, o gran reserva), tienen que pasar otra temporada en botellas, estas se depositan en” la sala durmiente” donde van dándoles vueltas cada quince días para que no se formen depósitos en ellas, o sean los menos posibles.
Solo antes de ser embotellados es cuando se mezclan las diferentes clases de vino obtenidas, y se hace según la combinación que hagan los enólogos, se depositan el tanto por ciento que decidan de cada clase de vino para obtener el vino definitivo que caracteriza a las bodegas.
Han diseñado una botella con un estilo moderno y atractivo, muy diferente al modelo clásico. Cuando están lista para salir al mercado pasan por una sofisticada maquina embotelladora, donde son limpiadas, etiquetadas, encapsulada y empaquetadas.
Desde su siembra, hasta este momento, se ha sufrido un largo y costoso proceso, que lleva a poder saborear un exquisito vino que actualmente es exportado a Europa, Canadá y Japón.
Tienda al publico
Cada clase de vino cuenta en Pago del Vicario con su propia historia.
El Agios; es uno de sus vinos estrella, su nombre es una palabra griega que significa Santo, elaborado a base de Tempranillo y Garnacha Tintorera.
El Penta; su nombre hace referencia a las 5 variedades que lo componen (Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Petit Verdot), a los 5 meses de permanecía en barrica de roble francés y a los 5 sentidos que pretende estimular
50 – 50: en clara alusión a su composición de 50% de Tempranillo y 50% de Cabernet Sauvignon.
Monagós; significa monje en griego, de uvas Syrah y Garnacha.
Merlot Dulce; un vino monovarietal (solo uva Merlot dulce) vendimiado tardíamente con el fin de conseguir una gran concentración de azúcares.
Talva; (vino blanco) es un elegante coupage de Sauvignon Blanc y Chardonnay.
Petit Verdot; Rosado, es un monovarietal, (solo uva petit-verdot).
Corte Dulce; elaborado con Chardonnay y Sauvignon Blanc.
Carrillon plaza Ayuntamiento C. Real
Al final de la visita, fuimos obsequiados con una cata de sus vinos donde nos explicaron las características de cada uno. Tengo que reconocer que hay que tener una gran experiencia y buen paladar, para poder apreciar todos los sabores que se encuentran en los vinos, eso de me sabe a madera, o este tiene un toque de albaricoque o de frutos rojos, es difícil de distinguir para unos paladares de simples consumidores como somos nosotros.
Ayuntamiento Ciudad Real
Monumento a Don Quijote
Visitamos Ciudad Real, una capital pequeña pero muy concurrida. Sus calles más céntricas son todas peatonales y se podía pasear con tranquilidad. Observe que había muchas personas mayores, (lo comente con mi marido), se veían mucha más personas de edad que jóvenes y por cierto todas muy elegantemente vestidas.
Catedral Nuestra Señora del Prado
Fue un fin de semana agradable, donde descansamos, aprendimos mucho sobre los vinos y aprovechamos para llenar la despensa de estos estupendos caldos.