Ya casi no me acordaba...Y
Mi olfato adormecido del estío prolongado, de terruños...,de temblorosos asfaltos que a lo lejos se derriten en espejismos alados.
Por poco se me olvidaba...
El olor como a canela, a humedecidos azahares y a breas destiladas en alambiques de nácar.
Con ansia lo deseaba...
Aspirar hasta embriagarme, del aroma penetrante de aquella dama de noche y de la tierra mojada.
Que bueno..., que lloviznara.
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